viernes, 25 de mayo de 2012

Guacamole


Cuenta la leyenda que fue el dios Quetzalcoátl (“Serpiente emplumada”) el que transmitió a los toltecas esta receta, una de las más populares en Mesoamérica a pesar de que la globalización ha conseguido que en la actualidad todas las cocinas se adueñen de ella como si no costara.
Desde Estados Unidos hasta Japón pasando por Europa, aunque casi siempre asociado a la emergente gastronomía mexicana; esta salsa se ha convertido en una de las más ingeridas del planeta gracias a su sencillez y a su capacidad para complementar con relativo acierto desde las fajitas hasta el sushi.

En cualquier caso la receta ha servido para dignificar el aguacate, un fruto cuyo nombre procede del término “testículo” en la lengua náhuatl (su recogida estuvo prohibida a las mujeres durante algún tiempo por su semejanza con esta parte de la anatomía masculina) y que, en cantidades mesuradas, supone un excelente aporte de vitaminas y proteínas.
INGREDIENTES

-          Dos aguacates

-          Dos tomates

-          Media cebolla

-          Dos ramas de cilantro

-          Sal

-          Pimienta

-          Media lima

Preparación

1.       Partir los aguacates por la mitad, quitarles el hueso y vaciar su contenido con una cuchara.

2.       Aplastarlos con un tenedor hasta formar una pasta de consistencia cremosa.

3.       Pelar la media cebolla y picarla muy fina.

4.       Repetir el mismo proceso con el tomate retirando las pepitas.

5.       Añadirlo todo a la pasta de aguacate y mover con el tenedor hasta que se mezclen los ingredientes.
6.     Echar sal y pimienta al gusto y posteriormente verter el zumo de media lima para evitar que se oxide. Volver a mezclar todo bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario